Para los seguidores del thrash metal, llega el segundo trabajo de la banda estadounidense Blessed Curse, con una decena de nuevas canciones. Sin embargo, pese a su procedencia norteamericana, este trío nos ofrece un material más cercano al thrash europeo, concretamente al que surgió en Alemania por la década de los 80. La placa se caracteriza por su intensidad, regalando varios riffs ideales para los shows en vivo. En general, las 10 canciones mantienen un muy buen nivel. Pero eso no significa necesariamente que estemos ante un clásico mundial del thrash. De todas formas, se disfruta muchísimo.