El músico y fundador de la banda Porcupine Tree, el británico Steven Wilson, llega ahora con su séptimo álbum de estudio, capturando la esencia del rock progresivo setentero. Aunque hay que reconocer que es difícil que te conecte a la primera escucha. Sin embargo, su estilo ambiental, melódico y sicodélico llega a atrapar, avalado en un tremendo sonido y producción. A más de alguien puede hacerle recordar al antiguo Pink Floyd. Además mezcla con acierto estilos, convirtiéndose en un verdadero viaje sonoro. Puede que el álbum divida opiniones, tal vez por el exceso de calma que transmite. Pero de la manera en que lo presenta, sabes que estás dentro de algo profundo y bien orientado.